Este miércoles 18 de octubre ha tenido lugar el acto de apertura del curso académico 2023-2024 del Instituto Universitario de Investigación Ortega-Marañón. En primer lugar, el director del Instituto, Antonio López Vega, ha dado la bienvenida a los alumnos del que ya es el trigésimo quinto curso, agradeciéndoles la elección del centro como lugar para su formación de posgrado.
Durante su intervención, López Vega destacó una de las características propias del Instituto Universitario, como es el fomento del diálogo interdisciplinar que busca facilitar en el estudiantado el máximo aprovechamiento de las materias que imparte el claustro de profesores. Ha destacado, además, la ampliación de las actividades extracurriculares que se desarrollan en el centro como complemento a las de formación, invitando a todos los estudiantes a aprovechar la experiencia al máximo. «En este inicio de curso, confiamos en fomentar en los estudiantes un sentido de la ética y de la responsabilidad que les doten de una seña de identidad académica y profesional», ha señalado.
En segundo lugar ha intervenido Juan Pablo Fusi, vicepresidente de la Fundación Ortega-Marañón y catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Complutense de Madrid, quien ha destacado la “circunstancia de especial dificultad para los que desarrollan su labor en el ámbito educativo”, especialmente tras la pandemia, la guerra en Ucrania y el actual conflicto en Oriente Medio.
También, ha remarcado el carácter interuniversitario e interdisciplinar del Instituto Universitario de Investigación Ortega-Marañón, uno de sus principales pilares, y el vínculo fundamental con América Latina: «Hemos entendido esta institución como un lugar de reflexión común en español, donde el Atlántico es una plataforma que nos une en razón de una herencia cultural y lingüística de siglos».
‘Rusia y la situación geoestratégica internacional’, la lección inaugural de Mira Milosevich
Mira Milosevich, investigadora principal para Rusia, Eurasia y los Balcanes del Real Instituto Elcano y profesora asociada en The Foreign Policy of Russia en la School of Global and Public Affairs del IE University, ha impartido la lección inaugural bajo el título ‘Rusia y la situación geoestratégica internacional’.
Sus primeras palabras fueron para recordar de forma emotiva que se doctoró en 2003 en Estudios Europeos justamente en el Instituto Universitario de Investigación Ortega-Marañón, centro de formación que hoy sigue considerando su casa de estudios.
Su ponencia ha girado en torno a tres conceptos. El primero de ellos, ‘geopolítica’, lo ha definido como la distribución geográfica del poder político, económico y militar. El segundo, ‘geoestrategia’, lo describe como parte de la geopolítica que se centra especialmente en el poder militar de un actor en un lugar geográfico específico. En último lugar, se ha referido al ‘orden mundial’, el tercero de los conceptos, como una estructura analítica que se compone de dos elementos: un conjunto de reglas que definen los límites de la acción permisible y el equilibrio de poder que imponga la moderación en el supuesto de que las reglas se rompan para impedir que uno o varios actores se impongan sobre los demás.
“El siglo XXI y la actual situación geoestratégica internacional vienen marcados por el intento de potencias revisionistas –Rusia, Irán y China–, de imponer un orden mundial cómodo para las autocracias”, ha sostenido Milosevich durante su intervención, y añade: “Aunque difieren entre sí respecto a los elementos que usan para destruir el orden mundial creado, sostenido y liderado por los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial, los tres postimperios euroasiáticos comparten su hostilidad hacia Washington y su insatisfacción con el status quo del orden mundial actual”.
En su ponencia, también ha hecho referencia a los conflictos actuales, y ha señalado que «se está prefigurando una nueva era de conflictos imperialistas en la región de Eurasia». En lo que respecta a esta situación, ha destacado que una de las principales diferencias respecto a la Guerra Fría es la interdependencia económica, tecnológica y energética entre los posibles adversarios como consecuencia de la globalización.