El Instituto Universitario inicia el curso académico con éxito de alumnos y la presencia del rector de la UCM y el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid

 

La lección inaugural corrió a cargo del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2019, el prestigioso sociólogo Alejandro Portes.

Este lunes 25 de octubre se celebró el acto de Apertura del Curso Académico 2021-2022 de la Fundación Ortega-Marañón y de su Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, centro adscrito a la Universidad Complutense (UCM).

El acto fue presidido por el rector de la UCM, Joaquín Goyache, quien estuvo acompañado por el consejero de Educación, Universidades, Ciencia y Portavocía de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, y el presidente de la FOM, Gregorio Marañón. La lección inaugural corrió a cargo del prestigioso sociólogo Alejandro Portes, Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales 2019, sobre “Las migraciones en el sistema mundial y el caso de España”.

Este año, por primera vez tras la pandemia, el acto de apertura del curso académico pudo contar con numeroso público presencial: estudiantes, profesorado, patronos y autoridades de instituciones que apoyan la labor formativa, investigadora y cultural del Instituto Universitario. El evento se celebró en los jardines de la Fundación Ortega-Marañón, en Madrid, aunque también se retransmitió en streaming para aquellos estudiantes y profesores que no han podido viajar a España o que participan en programas virtuales de formación.

La ceremonia dio comienzo con unas palabras del director del Instituto Universitario, Antonio López Vega, encargado a su vez de la conducción de este acto, con las que expresó su gratitud a todo el personal docente y laboral de la institución por el gran esfuerzo realizado durante la pandemia, permitiendo sostener la actividad y comenzar un nuevo curso académico con cifras muy positivas de estudiantes en casi todos los programas de posgrado. Siguió su exposición realizando un resumen de las iniciativas culturales y académicas que se llevarán a cabo para reforzar la formación de todos los estudiantes. Su intervención finalizó con una cita del filósofo Ortega y Gasset que aparece en su obra Misión de la Universidad, para fijar los objetivos que debe perseguir la institución: “Una escuela ideal, un Instituto que forme para la vida creadora con un saber que permanece idéntico desde los tiempos salvajes del pasado y que perdure invariable en los más avanzados del futuro”.

Acto seguido, intervino el presidente de la Fundación, Gregorio Marañón. Sus primeras palabras fueron para enviar un “abrazo solidario” a todas las víctimas de la pandemia, un gesto que en su opinión no debe convertirse en “una fórmula retórica y un uso social, sino un gesto que salga del corazón de todos”. En el capítulo habitual de agradecimientos, resaltó el “valioso apoyo” de la Universidad Complutense y de su rector. También de la Comunidad de Madrid, cuya contribución afirmó ha sido “no solo económica, sino me atrevería a decir, también, moral en los momentos donde se necesitaba más que nunca”.

El presidente aprovechó la ocasión para anunciar algunas novedades: el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset incorporará a su denominación el nombre de Marañón; será a partir de ahora el Instituto Universitario de Investigación Ortega-Marañón, siguiendo el ejemplo de la Fundación Ortega-Marañón. Y en esta línea de nuevas iniciativas, la institución pondrá en marcha el Máster Universitario en Bioética Clínica y otras actividades para potenciar el ámbito de las humanidades y las ciencias de la salud dentro de la institución. Tras estos anuncios, lanzó un propósito para este nuevo año académico: “lucharemos con tesón y energía para mantener los principios de calidad y excelencia que inspira una institución docente e investigadora”. Finalizó su discurso recordando el valor estratégico e identitario que tiene la cultura y la formación. Para Marañón “no hay cultura sin enseñanza”.

El Instituto Universitario desarrollará en este curso programas presenciales y online de doctorado, másteres universitarios y profesionales, cursos de experto y cursos de formación continua. Más de 300 estudiantes pasarán por sus aulas para cursar programas en Gobierno y Administración Pública, Alta Dirección Pública, Cooperación Internacional, Migraciones, Cultura Contemporánea, entre otros. Para dar cabida a este importante número de estudiantes, el Instituto Universitario ha inaugurado una nueva sede en Madrid. Este nuevo espacio académico, situado a pocos metros de la plaza de Tirso de Molina y en pleno corazón de Madrid, también será un lugar para la cultura con la programación de actividades y presencia de destacados especialistas e intelectuales.

Para el desarrollo de su labor académica e investigadora, El Instituto Universitario cuenta con el apoyo constante de la Fundación Ortega-Marañón, entidad sin ánimo de lucro dedicada al fomento del pensamiento, la reflexión, el análisis y el debate sosegado y plural de las ideas, siguiendo el ideario liberal de sus dos titulares: el filósofo José Ortega y Gasset y el médico Gregorio Marañón y Posadillo.

En este sentido, el consejero de Educación, Universidades, Ciencia y Portavocía de la Comunidad de Madrid, Enrique Ossorio, destacó que la “Fundación no solo es depositaria de uno de los legados intelectuales más importantes del país, sino que se preocupa por actualizarlo y renovarlo de forma continua”. Añadió: “Sois un faro que siempre está ahí, iluminándonos frente al riesgo de pérdida de rumbo de nuestra sociedad”. “Desde la Fundación promovéis debates y generáis ideas para sin perder las perspectiva del pasado, proyectarnos hacia un futuro basado en libertad, el diálogo y la convivencia”. El consejero trasladó al público una de las ideas que promovió el filósofo Ortega y Gasset para resaltar la necesidad de la existencia de instituciones como la Fundación Ortega-Marañón: “Cuando los hombres no tienen nada claro que decir sobre una cosa, en vez de callarse, suelen hacer lo contrario, gritan, y el grito es el preámbulo sonoro de la agresión, del combate o de la matanza”. “Ahora vivimos tiempo llenos de ruido, aquí encontramos –en referencia a la Fundación- el imprescindible contrapunto del diálogo, del sosiego y de la reflexión porque los ciudadanos no quieren gritos, quieren soluciones”. Ossorio definió al Instituto Universitario como un centro de formación “adelantado siempre a su tiempo” que promueve el fomento de la colaboración público-privado, el intercambio del conocimiento con otros centros universitarios y, por último, la internacionalización.

Sin duda, la excelente trayectoria del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset (ahora Ortega-Marañón tras el acuerdo alcanzado en el patronato) no se entendería sin la vinculación privilegiada e histórica que existe con la Universidad Complutense de Madrid, la universidad pública española más reconocida internacionalmente. Su rector magnífico, Joaquín Goyache, dedicó sus palabras para agradecer el esfuerzo también de la Comunidad de Madrid, que durante la pandemia trabajó para alcanzar una cierta normalidad en las aulas en momentos muy difíciles. En referencia al apoyo que la UCM brinda al  Instituto Universitario, el rector destacó: “Apoyar lo excelente es tremendamente sencillo”. Y añadió: “vuestro proyecto académico es magnífico, diverso y con éxito de llamamiento”.

La lección inaugural corrió este año a cargo de uno de los sociólogos más destacados de nuestro tiempo en todo lo relacionado con los estudios de los flujos migratorios, Alejandro Portes, catedrático en las universidades de Princeton y Miami. En 2009, Portes fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Ciencias Sociales por su contribución al campo de la Sociología. Junto con la catedrática Rosa Aparicio, investigadora del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, desarrollaron una de las investigaciones pioneras en Europa: Investigación Longitudinal sobre la Segunda Generación en España (ILSEG),  cuyos resultados han marcado un antes y un después en la comprensión de los procesos de integración social de hijos de inmigrantes de segunda generación en España. Su ponencia se centró en “Las migraciones en el sistema mundial y el caso de España”, aunque antes el Premio Princesa de Asturias quiso detenerse en una de las efemérides más importantes para los estudios de la sociología, como es el centenario de la muerte del  Max Weber, considerado uno de los fundadores de esta disciplina. Portes desgranó en su lección inaugural el impacto de la inmigración en las sociedades y sus diferentes etapas históricas, una lección que sintetiza siglos de flujos migratorios y sus sesgos de forma brillante.

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Como ya es tradición en la institución, tras finalizar este acto se procedió a realizar una foto de familia con las autoridades presentes, patronos, profesores y estudiantes.